Han aparecido imágenes impresionantes que muestran una gran tormenta de polvo que ha envuelto a Australia. Este asombroso evento ocurrió después de la incomparable temporada de incendios forestales de Australia, que recibió atención mundial y causó una destrucción generalizada en ciudades enteras, poniendo en peligro a millones de animales.
La intensidad de los incendios fue alimentada en parte por períodos prolongados de sequía, y si bien las lluvias sustanciales de los últimos tres días han ayudado a sofocar muchos de los incendios en todo el país, la sequía ha desencadenado otros fenómenos meteorológicos extremos en toda Australia continental.
Desde mediados de enero, se ha estado acumulando una gruesa capa de polvo en el interior del continente, como lo documentaron los satélites MODIS de la NASA el 11 de enero. La NASA informa que las condiciones climáticas secas permitieron que los vientos levantaran minúsculas partículas de polvo en el aire. El profesor Patrick De Deckker de la Universidad Nacional de Australia señaló que se trata de la tormenta de polvo más importante desde 2009.
El 19 de enero, una gran tormenta de polvo descendió sobre Nueva Gales del Sur y alcanzó los centros regionales ubicados a 400 kilómetros (250 millas) al noroeste de Sydney. Imágenes y vídeos de la tormenta circularon rápidamente en las redes sociales, y los usuarios de Twitter de las regiones afectadas captaron la inmensa escala de la nube marrón que se acercaba. Grace Behsman, una residente que conducía hacia la ciudad de Nyngan, a sólo 100 millas al noroeste de Dubbo, se vio obligada a detenerse cuando la tormenta envolvió su automóvil, sumergiendo el día en la oscuridad en cuestión de segundos. El polvo llegó incluso a Parkes, donde el icónico radiotelescopio transmitió imágenes del primer alunizaje en todo el mundo.
Estas extraordinarias tormentas de polvo se han atribuido a la exposición del suelo por la ausencia de vegetación, consecuencia de la sequía que ya dura dos años. Stephen Cattle, científico del suelo de la Universidad de Sydney, explica que si bien un solo evento puede eliminar sólo una fina capa de suelo superficial, puede provocar la pérdida de nutrientes vitales para las plantas. Con el tiempo, este efecto acumulativo disminuye la productividad de la tierra.
El ganado sugiere además que estas grandes tormentas se observan con frecuencia después de períodos de sequía. Dado que el cambio climático altera las temperaturas y los patrones de lluvia en Australia, Cattle cree que es muy probable que el país sea testigo de una actividad de tormentas de polvo más frecuente en el futuro.
En un extraño giro de los acontecimientos, apenas un día después de que las colosales tormentas de polvo azotaran el interior, se desarrolló un fenómeno completamente diferente en la capital australiana, Canberra. Granizo del tamaño de una pelota de golf arrojó árboles en la Casa del Parlamento, mostrando otro fenómeno climático extremo en el tumultuoso año 2020.
La serie de acontecimientos extraordinarios en Australia sirve como un crudo recordatorio de los impactos de gran alcance del cambio climático y destaca la necesidad urgente de medidas proactivas para mitigar sus efectos.