Como fotógrafo de 30 años que reside en la Isla de Wight, Powell tiene buen ojo para capturar momentos extraordinarios. Reflexionando sobre la escena, recuerda: “Noté el bote solitario a la derecha del arcoíris y rápidamente entré en acción, tomando la imagen justo cuando el bote se alineaba perfectamente con el arcoíris”. Además agrega: “Es una imagen edificante; Me encanta cómo el arcoíris ilumina las velas del barco”.
La fotografía de Powell sirve como recordatorio de que hay un toque de magia y belleza en nuestro mundo. Si bien es posible que no haya una olla de oro literal al final del arcoíris, esta instantánea resume la esencia de un momento hermoso.
Coincidentemente, el momento de Powell fue impecable. En las semanas anteriores, el Reino Unido experimentó las fuerzas destructivas de dos tormentas de viento europeas llamadas Eunice y Franklin, que causaron daños significativos en viviendas y lugares emblemáticos. Sin embargo, después de que pasaron las tormentas, el clima se volvió más tranquilo, creando las condiciones perfectas para la formación del arcoíris.
Al compartir su notable fotografía en las redes sociales, Powell recibió elogios por su rara captura. Sin embargo, algunos escépticos cuestionaron su autenticidad y sugirieron una posible manipulación con Photoshop. Powell, por otro lado, tiene la reputación de estar en el lugar correcto en el momento correcto. Dirige Powell Gallery & Shop en Newport, Isla de Wight, donde muestra su talento como fotógrafo de paisajes de bellas artes.
Jan Ward, un comentarista de las redes sociales, elogió la sincronización impecable de Powell y afirmó: “Siempre pareces estar en el lugar perfecto en el momento perfecto… Puede que te encuentres con quienes te acusan de ‘Photoshop’, pero tu historial constante demuestra que saber dónde estar.”
La fotografía de Chad Powell del velero navegando a través del arcoíris sirve como un recordatorio de los maravillosos momentos que pueden ocurrir cuando estamos atentos a nuestro entorno. Nos anima a apreciar la belleza que nos rodea ya abrazar la posibilidad de maravillas inesperadas.